martes, 24 de noviembre de 2020

Carta a Epigmenio Ibarra 2015, 24 de noviembre de 2020

 

241120

 

Epigmenio (7 de abril de 2015):

 

 

        Sólo quiero agradecerte que tú no quieras que se olviden estos 43 más, 43 tal vez no ángeles, pero sí 43 víctimas (y víctimas hasta la muerte) más de esta normalidad en donde todo está tan revuelto, en donde todo aquél que no diga mentiras (o algo más humano: que no tire basura en la calle), que tire la primera piedra, pero en donde hay uno que está al frente: Peña, y yo no lo puse (ni tú, espero), lo puso la normalidad, de muerte y de suciedad y de vicio y de irresponsabilidad en que vivimos (y qué bueno si uno no es, o si casi no es, de esa normalidad), así que Peña no se sienta muy orgulloso, ahí está porque este país está lleno de ignorancia, y de poder, y de vicio. Si este país fuera mejor él no estaría ahí, solapando (perpetuando), tanta pobreza, impunidad, ignorancia, estructuras, en donde esos 43 nacieron, y fueron asesinados.

 

        Y a pesar de todo qué bueno que tú recuerdes, que tú no los olvides, no a ángeles, sino a víctimas de peores que ellos, tal vez ahí se resuma, esta locura, en peor, pero el problema es que ellos tienen el poder, para seguir en el peor, entre más responsabilidad más culpa, y peor si ellos sí son culpables, pero aunque Peña no los haya matado, Peña es el representante principal de todo eso, de que todo eso siga perpetuándose, con Peña o sin Peña, pero el asunto es que hoy Peña está ahí, lo pusieron, las condiciones en que estamos, la situación general, en este como infierno en que estamos, y en donde lo único que yo quiero es que puedan velo.

 

        Yo no puedo dejar esta lucha, porque sé  en donde estoy: en Ayotzinapa, con humanos normales, pero en donde estamos en medio del poder, de la ignorancia, del dinero, del vicio, en donde todos estamos embarrados, en donde casi no hay ángeles, pero en donde estamos en medio de poderes, en medio del infierno, del caos, ý en donde a diario más se unen a las listas de muertos, pero en donde seguimos navegando, como si nada, porque es el normal, pero así no debe seguir, y entonces lo de Ayotzinapa debe servir para algo, para darnos cuenta de Ayotzinapa, y en donde, cómo decirlo, en donde los asuntos no son sencillos, en donde hay culpas y responsabilidades, pero es lo normal, pero en donde los 43 muertos son nuestros muertos, en donde algunos tienen más culpa, y entonces se trata de eso, y lo que yo quiero simplemente es que vean, que se vean, y en donde el problema es tan enredado, y es natural, y en donde la solución no es fácil, porque el problema no es fácil, porque el problema es esta misma cosa que estamos, en la que estamos, que estamos viviendo.

 

        Yo no puedo dejar esta lucha, en donde hay tantos Ayotzinapas, y no puedo porque no puedo, pero también porque yo soy yo, porque yo veo a qué se debe tanto Ayotzinapa, por eso me da gusto cuando alguien también se da un poquitito de cuenta, cuando me doy cuenta que no todos están tan ciegos, o aplastados tanto por la vida, que no pueden ver a los muertos, cuando ellos mismos son casi unos muertos en vida, por las apremiantes necesidades de una vida tan casi de muerte, tan desgastante.

 

        A mí se me hace tan bueno que tú estés ahí, no sólo por los de Ayotzinapa, sino por todos nosotros, por la esperanza, porque son tan pocos los que no podemos dejar una lucha, por los muertos, por los vivos, por esta gran trampa.

 

        … sólo quiero que tus esfuerzos no sean inútiles, sólo quiero que no sigan acumulándose más muertos, y que gente como tú sólo se desgaste, que gaste su pólvora en gallinazos.

 

        … sólo quisiera encauzar esa lucha, que también es mía, pero hasta hoy solo naufragios nos esperan, más muertos, más poder, mas vicio, más indiferencia, más darle de patadas al aguijón, los que queremos hacer algo, los que hablamos, los que sentimos, los que no callamos, los que no podemos olvidar, los que no queremos que los muertos se olviden, que se sigan acumulando, pero solo quiero mostrarte el drama dentro del que ocurre todo esto, y que seguirá, porque es algo muy grande, y desconocido.

 

        … espero que nunca te canses, y te digo que no son sólo los muertos de Ayotzinapa, sino que los motivos son todos los muertos, todo lo malo que hay, que hay motivos para estar en una lucha, pero solo quiero decirte, mostrarte el drama dentro de lo que estamos, todos, tanto los muertos, como los vivos, como los asesinos, como los indiferentes, como los que no podemos olvidar.

 

        … qué bueno que estés en la lucha, y a mí que ya sé el drama completo me parece bonito que tú estés ahí, cómo agradecerte, no a nombre de los muertos, sino de los vivo, a nombre de todos, sólo quisiera encauzarte, en esta lucha en la que yo estoy, y en la que yo no puedo salirme, porque no se puede, porque son muchos los muertos, porque son muchos los asuntos, porque todo lo que está mal es parte de eso, todo lo que ha estado mal no solo entre los mexicanos, sino entre los humanos.

 

        … cómo agradecerte que estés en la lucha, porque no somos muchos, y porque algunos no persisten. Y no somos muchos los que más o menos vemos, sentimos, y la razón está de nuestro lado, pero no los números, porque seguimos teniendo gobiernos que nos impone esa mayoría indiferente, esa mayoría que ve un poco menos que tú, que no alcanza a darse cuenta siquiera un poquito de nuestros problemas. 

 

        Qué bueno que estás en la lucha, que bueno que a ti no se te olvidan algunos de los muertos, pero el problema es que vivimos en una situación de muerte, y que donde hasta hoy no podíamos enfrentar, y en donde las tendencias, la normalidad, era que todo siguiera como hoy va. O sea, cada vez peor, la humanidad siempre ha estado mal, pero hoy parece que ya vamos hacia peor, no todos, pero ahí vamos todos, en la marea de ignorancia, que lleva al mal, en la marea de indiferencia, que permite el mal.

 

        Y se pueden hacer muchas cosas, pero lo más útil sería mostrar el asunto general del ser, es decir, el mundo, es decir, lo que está ante los ojos, y que ninguno de ustedes entiende. Esto que hoy vivimos es sólo un momento, del ser, pero para nosotros, es nuestro único, es nuestra pequeña presencia, pero así ha sido esto para los humanos desde por lo menos hace unos miles de años, pero hoy ya podemos mostrar (porque ya podemos eso) el cuadro general al que pertenecemos.

 

        Y qué bueno que entre toda esta masa mayoritaria de indiferentes tú estés haciendo algo, qué bueno que a ti te sea inevitable hacer algo, y yo sí sé por qué, pero así como no se nos da el tirar basura, así se nos da preocuparnos de muertos que no son nuestros (y por ahí dicen que todos los muertos son nuestros, pero eso ya es excesivo, no nos alcanzaría tanto corazón, pero corazón en verdad, no corazón que ahorita se duele, y que al rato, por los jalones de la vida, se olvida, porque esto es miseria, porque la vida nos mueve, y a veces nos hace sonreír, e ilusionarnos), o de malos que no nos están haciendo un mal directo a nosotros.

 

        Hoy ya podemos algo contra el mal, porque hoy ya podemos saber a ese mal, a ese mal que es algo natural, a ese mal normal, eterno, pero contra el que sí puede hacerse algo, quitarlo un poco.

 

        ¿No te gustaría poder con los malos, poder algo contra el mal, principalmente con nuestros humanos malos?, pero el problema es que esto es muy grande, pero hoy ya podemos un poco contra él, ya podemos quitarle poder, para que ya no mate (por poder, por ignorancia). Y nosotros estamos con nuestros muertos, que día a día se van acumulando, pero mientras no nos cansemos. Y están los otros muertos, como los de ese loco alemán que él solito (claro que la humanidad le ayudó, la cultura general en que se encuentra la humanidad, en donde hay tanto loco suelto, en donde los locos no se ven más que cuando actúan, porque mientras tanto caras sólo vemos) se cargó a 150. Y por una u otra razón desde hace muchos años yo entré a una cosa que ahora ya me permite saber, y entré porque así es esto, y entré porque no pude evitarlo, no pude evitar darme cuenta de tanto.

 

        Sólo para parar los muertos, y mostrarles a los preocupados, y a los indiferentes. Pero hoy hay muertos, y hay asesinos, y hay indiferentes, que no asesinan, pero hay una gran trampa, una trampa que hoy ya puede ser sabida.

 

        Y en esta desidia general es bueno que tú estés ahí, condenado y todo, pero ahí, porque los indiferentes abundan.

 

        No es que no se pueda o no se deba hacer algo contra todo esto, es solo que los problemas, los asuntos son increíbles pero lógicos, necesarios, si te pones a pensar.

 

        La lucha humana está servida, las causas ahí están, es sólo que lo vendimiadores son pocos, pero son necesarios, pero son pocos, pero están condenados, sólo quiero que sepan el panorama, el orden de cosas en que estamos, sólo mostrar este naufragio lleno de mal, pero que es peor cuando a un mal evitable no se le pone alto, cuando esto ya puede hacerse, sólo estoy mostrando el panorama.

 

        Yo vivo para esto, para hacer algo, yo que pienso que sí puedo, porque hay que hacer algo, y no son muchos los que se lo toman tan en serio, y por qué nos lo tomamos tan en serio, casi al punto hasta de parecer locos, pero si casi todos tiran basura eso no quiere decir que eso esté bien, y te lo digo, casi todo lo nuestro está mal, pero así es esto, pero tenemos que conocerlo, sólo así podremos hacer lo más que podemos hacer, quitarle el mando a los malos, a la ignorancia, a la naturaleza, si en verdad quieres hacer algo efectivo yo te muestro por dónde está todo, donde están los muertos, a qué se deben los indiferentes, y los loquitos, pero hay cosas que son, y cosas que podemos hacer, y hoy ya las podemos hacer, hoy que podemos ya ver esta cosa en que somos, esta cosa que es.

 

        Nadie nos paga por preocuparnos del mundo, es simplemente que no podemos, a ti quién te pone como loquito a que escribas los nombres de los 43 cada noche, entonces, ya que hay algo parecido a mí quiero encauzar eso.

 

 

viernes, 26 de abril de 2019


Epigmenio (7 de abril de 2015):


        Sólo quiero agradecerte que tú no quieras que se olviden estos 43 más, 43 tal vez no ángeles, pero sí 43 víctimas (y víctimas hasta la muerte) más de esta normalidad en donde todo está tan revuelto, en donde todo aquél que no diga mentiras (o algo más humano: que no tire basura en la calle), qué tire la primera piedra, pero en donde hay uno que está al frente: Peña, y yo no lo puse (ni tú, espero), lo puso la normalidad, de muerte y de suciedad y de vicio y de irresponsabilidad en que vivimos (y qué bueno si uno no es, o si casi no es, de esa normalidad), así que Peña no se sienta muy orgulloso, ahí está porque este país está lleno de ignorancia, y de poder, y de vicio. Si este país fuera mejor él no estaría ahí, solapando (perpetuando), tanta pobreza, impunidad, ignorancia, estructuras, en donde esos 43 nacieron, y fueron asesinados.

        Y a pesar de todo qué bueno que tú recuerdes, que tú no los olvides, no a ángeles, sino a víctimas de peores que ellos, tal vez ahí se resuma, esta locura, en peor, pero el problema es que ellos tienen el poder, para seguir en el peor, entre más responsabilidad más culpa, y peor si ellos sí son culpables, pero aunque Peña no los haya matado, Peña es el representante principal de todo eso, de que todo eso siga perpetuándose, con Peña o sin Peña, pero el asunto es que hoy Peña está ahí, lo pusieron, las condiciones en que estamos, la situación general, en este como infierno en que estamos, y en donde lo único que yo quiero es que puedan velo.

        Yo no puedo dejar esta lucha, porque sé  en donde estoy: en Ayotzinapa, con humanos normales, pero en donde estamos en medio del poder, de la ignorancia, del dinero, del vicio, en donde todos estamos embarrados, en donde casi no hay ángeles, pero en donde estamos en medio de poderes, en medio del infierno, del caos, ý en donde a diario más se unen a las listas de muertos, pero en donde seguimos navegando, como si nada, porque es el normal, pero así no debe seguir, y entonces lo de Ayotzinapa debe servir para algo, para darnos cuenta de Ayotzinapa, y en donde, cómo decirlo, en donde los asuntos no son sencillos, en donde hay culpas y responsabilidades, pero es lo normal, pero en donde los 43 muertos son nuestros muertos, en donde algunos tienen más culpa, y entonces se trata de eso, y lo que yo quiero simplemente es que vean, que se vean, y en donde el problema es tan enredado, y es natural, y en donde la solución no es fácil, porque el problema no es fácil, porque el problema es esta misma cosa que estamos, en la que estamos, que estamos viviendo.

        Yo no puedo dejar esta lucha, en donde hay tantos Ayotzinapas, y no puedo porque no puedo, pero también porque yo soy yo, porque yo veo a qué se debe tanto Ayotzinapa, por eso me da gusto cuando alguien también se da un poquitito de cuenta, cuando me doy cuenta que no todos están tan ciegos, o aplastados tanto por la vida, que no pueden ver a los muertos, cuando ellos mismos son casi unos muertos en vida, por las apremiantes necesidades de una vida tan casi de muerte, tan desgastante.

        A mí se me hace tan bueno que tú estés ahí, no sólo por los de Ayotzinapa, sino por todos nosotros, por la esperanza, porque son tan pocos los que no podemos dejar una lucha, por los muertos, por los vivos, por esta gran trampa.

        … sólo quiero que tus esfuerzos no sean inútiles, sólo quiero que no sigan acumulándose más muertos, y que gente como tú sólo se desgaste, que gaste su pólvora en gallinazos.

        … sólo quisiera encauzar esa lucha, que también es mía, pero hasta hoy solo naufragios nos esperan, más muertos, más poder, mas vicio, más indiferencia, más darle de patadas al aguijón, los que queremos hacer algo, los que hablamos, los que sentimos, los que no callamos, los que no podemos olvidar, los que no queremos que los muertos se olviden, que se sigan acumulando, pero solo quiero mostrarte el drama dentro del que ocurre todo esto, y que seguirá, porque es algo muy grande, y desconocido.

        … espero que nunca te canses, y te digo que no son sólo los muertos de Ayotzinapa, sino que los motivos son todos los muertos, todo lo malo que hay, que hay motivos para estar en una lucha, pero solo quiero decirte, mostrarte el drama dentro de lo que estamos, todos, tanto los muertos, como los vivos, como los asesinos, como los indiferentes, como los que no podemos olvidar.

        … qué bueno que estés en la lucha, y a mí que ya sé el drama completo me parece bonito que tú estés ahí, cómo agradecerte, no a nombre de los muertos, sino de los vivo, a nombre de todos, sólo quisiera encauzarte, en esta lucha en la que yo estoy, y en la que yo no puedo salirme, porque no se puede, porque son muchos los muertos, porque son muchos los asuntos, porque todo lo que está mal es parte de eso, todo lo que ha estado mal no solo entre los mexicanos, sino entre los humanos.

        … cómo agradecerte que estés en la lucha, porque no somos muchos, y porque algunos no persisten. Y no somos muchos los que más o menos vemos, sentimos, y la razón está de nuestro lado, pero no los números, porque seguimos teniendo gobiernos que nos impone esa mayoría indiferente, esa mayoría que ve un poco menos que tú, que no alcanza a darse cuenta siquiera un poquito de nuestros problemas. 

        Qué bueno que estás en la lucha, que bueno que a ti no se te olvidan algunos de los muertos, pero el problema es que vivimos en una situación de muerte, y que donde hasta hoy no podíamos enfrentar, y en donde las tendencias, la normalidad, era que todo siguiera como hoy va. O sea, cada vez peor, la humanidad siempre ha estado mal, pero hoy parece que ya vamos hacia peor, no todos, pero ahí vamos todos, en la marea de ignorancia, que lleva al mal, en la marea de indiferencia, que permite el mal.

        Y se pueden hacer muchas cosas, pero lo más útil sería mostrar el asunto general del ser, es decir, el mundo, es decir, lo que está ante los ojos, y que ninguno de ustedes entiende. Esto que hoy vivimos es sólo un momento, del ser, pero para nosotros, es nuestro único, es nuestra pequeña presencia, pero así ha sido esto para los humanos desde por lo menos hace unos miles de años, pero hoy ya podemos mostrar (porque ya podemos eso) el cuadro general al que pertenecemos.

        Y qué bueno que entre toda esta masa mayoritaria de indiferentes tú estés haciendo algo, qué bueno que a ti te sea inevitable hacer algo, y yo sí sé por qué, pero así como no se nos da el tirar basura, así se nos da preocuparnos de muertos que no son nuestros (y por ahí dicen que todos los muertos son nuestros, pero eso ya es excesivo, no nos alcanzaría tanto corazón, pero corazón en verdad, no corazón que ahorita se duele, y que al rato, por los jalones de la vida, se olvida, porque esto es miseria, porque la vida nos mueve, y a veces nos hace sonreír, e ilusionarnos), o de malos que no nos están haciendo un mal directo a nosotros.

        Hoy ya podemos algo contra el mal, porque hoy ya podemos saber a ese mal, a ese mal que es algo natural, a ese mal normal, eterno, pero contra el que sí puede hacerse algo, quitarlo un poco.

        ¿No te gustaría poder con los malos, poder algo contra el mal, principalmente con nuestros humanos malos?, pero el problema es que esto es muy grande, pero hoy ya podemos un poco contra él, ya podemos quitarle poder, para que ya no mate (por poder, por ignorancia). Y nosotros estamos con nuestros muertos, que día a día se van acumulando, pero mientras no nos cansemos. Y están los otros muertos, como los de ese loco alemán que él solito (claro que la humanidad le ayudó, la cultura general en que se encuentra la humanidad, en donde hay tanto loco suelto, en donde los locos no se ven más que cuando actúan, porque mientras tanto caras sólo vemos) se cargó a 150. Y por una u otra razón desde hace muchos años yo entré a una cosa que ahora ya me permite saber, y entré porque así es esto, y entré porque no pude evitarlo, no pude evitar darme cuenta de tanto.

        Sólo para parar los muertos, y mostrarles a los preocupados, y a los indiferentes. Pero hoy hay muertos, y hay asesinos, y hay indiferentes, que no asesinan, pero hay una gran trampa, una trampa que hoy ya puede ser sabida.

        Y en esta desidia general es bueno que tú estés ahí, condenado y todo, pero ahí, porque los indiferentes abundan.

        No es que no se pueda o no se deba hacer algo contra todo esto, es solo que los problemas, los asuntos son increíbles pero lógicos, necesarios, si te pones a pensar.

        La lucha humana está servida, las causas ahí están, es sólo que lo vendimiadores son pocos, pero son necesarios, pero son pocos, pero están condenados, sólo quiero que sepan el panorama, el orden de cosas en que estamos, sólo mostrar este naufragio lleno de mal, pero que es peor cuando a un mal evitable no se le pone alto, cuando esto ya puede hacerse, sólo estoy mostrando el panorama.

        Yo vivo para esto, para hacer algo, yo que pienso que sí puedo, porque hay que hacer algo, y no son muchos los que se lo toman tan en serio, y por qué nos lo tomamos tan en serio, casi al punto hasta de parecer locos, pero si casi todos tiran basura eso no quiere decir que eso esté bien, y te lo digo, casi todo lo nuestro está mal, pero así es esto, pero tenemos que conocerlo, sólo así podremos hacer lo más que podemos hacer, quitarle el mando a los malos, a la ignorancia, a la naturaleza, si en verdad quieres hacer algo efectivo yo te muestro por dónde está todo, donde están los muertos, a qué se deben los indiferentes, y los loquitos, pero hay cosas que son, y cosas que podemos hacer, y hoy ya las podemos hacer, hoy que podemos ya ver esta cosa en que somos, esta cosa que es.

        Nadie nos paga por preocuparnos del mundo, es simplemente que no podemos, a ti quién te pone como loquito a que escribas los nombres de los 43 cada noche, entonces, ya que hay algo parecido a mí quiero encauzar eso.